Published on 20 Feb 2017
Madrid,
20 feb (EFE).- A las órdenes de Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, la
firma Alvarno ha ejecutado una colección preciosista que busca su
renacer, un nuevo punto de partida, con una loa al escarabajo, símbolo
de la resurrección en la mitología egipcia.
Bajo unas potentes luces de vigilancia en la pasarela, este insecto está presente en diferentes prendas bien bordadas, dibujado con cristales de Swarovski o con espejos en una bomber de "cashmere".
Abrigos de corte militar extra largos encabezaron un ejército de prendas urbanas, en la que las botas de maniobras y los galones de terciopelo jugaron un papel importante.
Maillard ha detallado que cada seis meses se renuevan en una búsqueda constante por innovar sus patrones y con la expectativa de "sorprender" con cada colección, pero a todas ellas les unen elementos comunes como la elección de ricos materiales y un preciosismo, casi obsesivo, por los detalles.
Bordados sobre tul, verdaderas joyas sobre el cuerpo, con faldas muy cortas que contrastan con abrigos tan XXL que rozan el suelo, que contrastan con su peso, tan ligero como una pluma.
Sofisticados vestidos de noche, con más de dos metros de cola, que se cobijan por un abrigo aderezado de martas cibelinas cosidas a bandas sobre tul.
Por primera vez, los volantes hacen su aparición en las maniobras de Alvarno, para continuar con una silueta drapeada y trenzada que construye el cuerpo y lo fija en la retina, y da paso a un camel de camuflaje, a un sutil "animal print", con una mirada a los cortes orientales con mangas extralargas y abiertas.
Tres únicas concesiones al negro clausuraron el desfile.
IMAGEN: -SEÑAL ORGANIZACIÓN EVENTO-.
Palabras clave: efe,moda,madrid,fashion week,20 febrero
Bajo unas potentes luces de vigilancia en la pasarela, este insecto está presente en diferentes prendas bien bordadas, dibujado con cristales de Swarovski o con espejos en una bomber de "cashmere".
Abrigos de corte militar extra largos encabezaron un ejército de prendas urbanas, en la que las botas de maniobras y los galones de terciopelo jugaron un papel importante.
Maillard ha detallado que cada seis meses se renuevan en una búsqueda constante por innovar sus patrones y con la expectativa de "sorprender" con cada colección, pero a todas ellas les unen elementos comunes como la elección de ricos materiales y un preciosismo, casi obsesivo, por los detalles.
Bordados sobre tul, verdaderas joyas sobre el cuerpo, con faldas muy cortas que contrastan con abrigos tan XXL que rozan el suelo, que contrastan con su peso, tan ligero como una pluma.
Sofisticados vestidos de noche, con más de dos metros de cola, que se cobijan por un abrigo aderezado de martas cibelinas cosidas a bandas sobre tul.
Por primera vez, los volantes hacen su aparición en las maniobras de Alvarno, para continuar con una silueta drapeada y trenzada que construye el cuerpo y lo fija en la retina, y da paso a un camel de camuflaje, a un sutil "animal print", con una mirada a los cortes orientales con mangas extralargas y abiertas.
Tres únicas concesiones al negro clausuraron el desfile.
IMAGEN: -SEÑAL ORGANIZACIÓN EVENTO-.
Palabras clave: efe,moda,madrid,fashion week,20 febrero
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